viernes, 28 de marzo de 2014

La luz al final del tunel


          Cuando estas en ese túnel piensas que es falso lo de esa famosa luz al final. Estas tan hundida que no crees que haya salida por mucho que la gente te intente ayudar. Llega un momento que ni siquiera tú te quieres dejar ayudar. Siempre te dicen que las cosas pasaran, que solo necesitas tiempo, que las heridas por muy profundas que sean, se cierran... y a ti, por menos que según entran esas ideas en tu cabeza se escapan sin poder evitarlo. Así te vas construyendo tu propia cárcel en la que piensas que dormitaras el resto de tu vida.
            Pero consigues despertar, una buena mañana te levantas con las fuerzas suficientes para afrontar la situación tan insostenible, humillante y despreciable que llevas aguantando durante meses. Resurges como el Fénix mitológico, una vez más, pensando que o lo haces o las cenizas se dispersaran. Decides que ya esta bien de enterrarte en vida por culpa de alguien que no debería estar en ella, así no. Aunque sabes que luego te derrumbarás, llorarás y, aun sabiendo que es lo mejor, te costará salir, afrontas con la cabeza alta, el corazón frío y estomago encogido la conversación pendiente, la conversación final. Lo consigues... pones las cosas donde deberían estar y saboreas un aroma que hacia mucho tiempo que no sabias de el. Algo que te habían arrebatado a fuerza de amenazas y chantajes. La LIBERTAD. 
            Te caes, por supuesto que te caes, al ver que todo el dolor que te han causado solo lo ves tú, es como si encima de haber renunciado a tu felicidad, a tus amigos y tu propia vida, la culpa fuera tuya. "Cómo a un perro" Tienes que escuchar eso de la boca de la persona que casi te elimina de este mundo. 
           Desaparece, ese peso sombrío consigues que desaparezca de tu horizonte. Eres libre... no sabes como lo has conseguido pero ya eres libre, te ha dejado magullada, herida, casi en un estado de soledad, pero... te das cuenta que no es así. Tus amigos, los que tanto has echado tú misma de tu vida y tanto has echado de menos siguen ahí, esperándote desesperados a que abrieras los ojos por ti misma ya que por más que intentaron hacerlo ellos, no fueron capaces. Y te das cuenta que no estas sola, que tienes algunas almas que te acompañaran el resto de tu vida. Y poco a poco vas saliendo, o eso crees. Te parece ver esa luz que tanto dicen al final del túnel, aunque aun está muy lejos. Has renunciado a demasiadas cosas importantes que nunca vas a recuperar. Renunciar a una persona con la que sentías esa "química" que dicen que hay entre las personas destinadas a estar juntas te ha dejado muy vacía. Te demuestran que no quiere saber nada de ti, nada... te sigues hundiendo en la oscuridad y esa luz se aleja cada vez más.
          Un buen día, casi que tirándote a la fuerza, cambias de aires y te ayudan a volver a disfrutar de la luz del día. Cambias de ciudad y te vas de vacaciones. Aunque el lugar no es el idóneo. Te vas a esa ciudad maldita que tanto daño te ha causado. Pero la encaras, te sientes protegida ya que no estas sola, estas con una princesita que jamás te ha dejado, incluso cuando tú misma la echabas de tu lado, seguía ahí.
          Pasan muchas cosas en ese viaje, altibajos, discusiones, buenos momentos, estados de soledad impuesta para poder pensar, atardeceres increíbles, situaciones que pueden contigo y de repente todo cambia. Hay un momento en ese verano que tu vida da un giro de 360º, se da la vuelta, se pone del revés, la vapulean de tal manera que no sabes cómo, dónde y con quién estás. Pero te revuelves, lo haces una última vez, el Fénix que creías desaparecido resurge de las cenizas con más fuerza que nunca. Dispuesta a poner las cartas sobre la mesa, declarando todo lo que sientes y que no quieres que se juegue más contigo. Lanzas un órdago y funciona, esta vez, aun pareciendo que no, sabes que si, esta vez es tuyo. Y lo es.
           Desde ese momento, aunque despacio, se van colocando baldosas amarillas por ese túnel tan oscuro que hace que te acerquen a pasos agigantados a esa luz tan preciada. Poco a poco vuelves a sonreír, vuelves a confiar, vuelves a vivir...
           No crees en el destino escrito si no en escribir tú mismo tu propio destino. "No se cuando, ni como pero... créeme cuando te digo que estaremos juntos". Esa frase ha sonado en tu cabeza durante tanto tiempo, sabiendo que ya era imposible que se hiciera realidad y sin embargo ¡POR FIN! Por fin eres feliz, por fin ese vacío que sentías se ha colmado y ahora eres capaz de mirar adelante e imaginar un futuro. Te viene una cita a la cabeza "He cruzado océanos de tiempo para encontrarte". En tu mente encarcelada parece que han pasado siglos desde la última vez que sentiste el calor de esos labios y sin embargo, ahora son tuyos.
          Siempre hay una luz al final del túnel, aunque pensemos que no, esa luz está. Hay que ser fuertes, tener paciencia y mantener la cabeza fría. Saber que si has visto esa luz en el hombro de esa persona es porque es para ti, es tu compañera en el camino de la vida y tienes que luchar lo indecible para conseguir volverte a cruzar con ella. 

domingo, 23 de junio de 2013

Sueños rotos

       No sé muy bien como se hace esto porque es la primera vez que lo hago. Siempre he visitado los blog de los demás y siempre he pensado que estaría bien tener uno propio para escribir lo que se nos pase por la cabeza, aunque siempre me ha dado mucha vergüenza.
      Bueno, supongo que empezar desde el principio estaría bien. Destroce mis sueños hace un año y medio más o menos. Abandone planes de boda, de hijos y de una vida en común por pensar que no tenia porque seguir así, en una vida que no era la mía, yo no quería eso y lo llevaba arrastrando desde años atrás. Me di cuenta que no era la clase de vida que quería tener, bueno en realidad si, pero no con esa persona. Esa persona a la que he hecho tanto daño. La he querido tanto y ha significado tanto para mi que me resultaba imposible que me hubiera alejado de ella de esa manera, que hubiera dejado de estar enamorada de ella. Pero si, sucedió, y estoy segura que fue debido al desgaste de tirar de alguien para poder seguir siendo feliz, intentar hacer cosas para que la pareja siguiera adelante y por el contrario ver que se conformaba con lo que ya tenia, no intento luchar por mantener viva la llama que durante años tuvimos. Nos decían la pareja perfecta, y no lo eramos, al principio puede, pero ya no. Llego un momento que me canse de tirar o se rompió la cuerda, no estoy muy segura. Y ahí, en ese presido momento es cuando mi vida ha ido cuesta abajo sin poder pararla. No me arrepiento de que esa relación acabara, no es eso, pero si de casi todas las malas decisiones que tome después, las cuales me han causado el no ver la luz al final del túnel y no ver la salida. hundiéndome cada vez mas sin saber si llegare alguna vez al final.
      Tantos sueños por cumplir con esa persona que pensabas que era la persona que esperabas, después de pasarlo tan mal por tener el corazón dividido y de la noche a la mañana te das cuenta que no se va a cumplir ninguno, que todos se han ido por un sumidero de una ducha de un lugar en concreto. Tanta indiferencia y tanto desprecio que te hace sentir como una mierda cada día, y cada día que pasa te das cuenta que tienes que separarte de él, y eres consciente que no puedes. Que es lo mejor que deberías hacer pero que no puedes.
       Hay una princesita que no me ha dejado sola nunca, que aunque todo el mundo le decía que se alejara, no lo hizo, no me dejo sola, cuando todo el mundo lo hizo.
      Gracias a ti, princesita que poco a poco me da fuerzas para intentar buscar la salida del túnel.